La Diputación de Badajoz acogerá hasta el 20 febrero una exposición retrospectiva y antológica sobre la obra de Joaquín Díaz y Díaz de la Riva cuando se cumple el centenario de su nacimiento.
La muestra, inaugurada ayer en la Sala Vaquero Poblador de la Diputación de Badajoz, incluye trabajos impresos de su etapa madrileña (1939-44) como dibujante profesional, colaboraciones en revistas literarias como ‘Mástil’, ‘Si’, ‘Primer Plano’ y ‘El español’, ilustraciones de cuentos de la época, caricaturas y narraciones cortas, además de la aportación de 27 pinturas de la colección familiar que permite al visitante conocer la trayectoria artística de un “andaluz de nacimiento y pacense de vocación”, tal como lo retrata su hijo Miguel Ángel Díaz García en la biografía inédita ‘La difícil facilidad’.
Joaquín Díaz y Díaz de la Riva nació en Morón de la Frontera un 9 de febrero de 1910. La coincidencia con la fecha inaugural de la muestra antológica no es, por tanto, casual, de hecho, su hijo lo recordó agradeciendo a la Diputación Provincial “el hecho fundamental de reservar este día para abrir la exposición, justo cuando mi padre cumpliría cien años”.
El antiguo Casino de Badajoz donde se asienta actualmente el Palacio Provincial, fue también rememorado por Miguel Ángel ya que “la primera exposición individual” que hizo el artista fue precisamente aquí. “No sé en qué sala porque yo acababa prácticamente de nacer, tendría cuatro meses”, dijo el hijo del artista.
El acto inaugural atrajo a un público numeroso que acompañó a la mujer y los cinco hijos de Joaquín, quienes junto a Francisco Muñoz, director del Área de Cultura, y Lourdes Román, responsable de la sala ‘Vaquero Poblador’, recorrieron la muestra acordada hace ya un año y que es fiel reflejo de la personalidad artística de su protagonista, según informó la Diputación de Badajoz en nota de prensa.
Joaquín Díaz desempeñó un papel central en la vida de Badajoz desde que en 1944 arribara a la ciudad. Trabajó en el Gobierno Civil y en Protocolo de la Diputación Provincial. Colaboró activamente como comentarista gráfico en el diario Hoy, las revistas Norma, Medina, Guadiana, y en el semanario Hoja del Lunes. Ilustró trabajos literarios de autores como García Orio-Zabala, Antonio Zoido, Luis Chamizo, Emilia Pardo Bazán y Arturo Contín.
Sin embaro, desde muy joven, se sintió atraído por el arte del cartel, campo que cultivó con éxito durante toda su vida y con el que consiguió numerosos primeros premios en certámenes como el que, en 1943, anunciara la Exposición Nacional del Libro del Mar en Barcelona. En Badajoz fue un habitual de los concursos en los 50 y 60.
Así, en cuatro ocasiones resultó ganador para los carteles de San Juan y Semana Santa. Otros trabajos suyos fueron los folletos de turismo de Badajoz y Mérida, el díptico de la II Bienal de Arte Hispanoamericano o las postales de la batalla de La Albuera. Pero, sobre todo, fueron los retratos psicológicos que realizó de memoria y en clave de humor, los que le consagraron como caricaturista de prensa.
El reflejo de su éxito le llegó no sólo de la crítica, también de las adquisiciones, pues vendió toda la galería de personajes que constituyeron las exposiciones de 1952 y 1953. Posteriormente evolucinó hacia la pintura influido por su amistad con el paisajista Fernández Torrado y por la fascinación que el artista sintió por el dibujo y las escenas taurinas, los motivos urbanos y marinos. También le hizo guiños a la literatura, su segunda atracción imperecedera, publicando 56 relatos cortos, generalmente humorísticos.
Tras aquella primera exposición que albergó el Casino de Badajoz le siguieron catorce más en tan sólo una década, hasta que le sobrevino la muerte en 1967 con 57 años. En tan corto espacio de tiempo, según revela su hijo, “realizó multitud de cuadros ya que trabajaba una barbaridad, se levantaba a las cuatro de la mañana y como no tenía otra cosa que hacer se ponía a pintar, y así acumuló una extensa producción que hoy por hoy sería difícil recuperar. Pintaba acuarela, dibujo, plumilla y óleo, todas las técnicas aquí representadas, por lo que los que no conozcan su obra pueden hacerse una idea bastante fiel de la misma en esta muestra”.
Los cuadros que se exhiben se componen fundamentalmente de tauromaquias y paisajes marinos, extremeños y urbanos. También está representado por creaciones a tinta china sobre papel, caricaturas, cuentos y poemas, postales e lustraciones.
Conversador y tertuliano incansable, Joaquín Díaz fue un asiduo a las tertulias del Águila y La Marina. Una de las conferencias que pronunció titulada ‘El espectador ante el cuadro’, resultó muy celebrada en su momento por la originalidad de su contenido. Pero sobre todo se le recuerda por su valía artística y personal, cualidades que profesionales destacados de diversos sectores, ya fueran poetas, pintores, eruditos, o bien cantaores, políticos, militares y periodistas, le reconocieron en vida.
Fuente: EuropaPress.es